José Enrique García

La situación del país no acompaña, pues nos guste o no, es muy posible que seamos uno de los países del mundo que más disfrute de ser gobernados y el hecho de no disponer de gobierno estable no genera la estabilidad que tanto deseamos en nuestra economía, influyendo directamente sobre la tasa de desempleo y crecimiento económico.

Es verdad que nuestra tasa de desempleo ha disminuido con respecto a los años pasados, posicionándonos en un porcentaje de un 20% aproximadamente, claro está que estábamos sumergidos en una de las mayores crisis de nuestro país. Tan solo es necesario abrir la prensa diaria para encontrarte con el cierre de una industria, que antaño creíamos sólida, o el traslado de una filial de una multinacional, a zonas geográficas donde la masa salarial es más barata.

Pero dentro de esta vorágine, existen elementos que no debemos de descuidar para construir un país más fuerte, más sólido y sobre todo más competitivo. Me estoy refiriendo a la innovación y cualificación de nuestros ciudadanos.

Atendiendo al ya fallecido Simon Peres, que tanto hizo por la paz, debemos destacar su influencia personal sobre las inversiones en innovación y cualificación profesional. El expresidente, en julio de este año, inauguró lo que será el centro de innovación tecnológica más grande del mundo, compitiendo de forma directa con Silicon Valley. En su discurso inaugural dijo: “Queremos compartir con todo el mundo los avances israelíes y cumplir el precepto ‘tikún olam’ (contribuir a crear un mundo mejor)”.

Orientarnos hacia nuestro objetivos

Esto es una realidad tangible que afecta a nuestra mano de obra, teniendo que conseguir que la cualificación de nuestros ciudadanos sea cada vez mayor y más orientada hacia la innovación tecnológica, nos guste o no nos guste. No podemos perder el foco de atención de nuestro país y este se basa en la tecnología.

Hay que tener en cuenta que la tasa de desempleo entre los menores de 25 años se dispara de una forma que a cualquier persona le puede llegar a abrumar, llegando a tasas del 40% e incluso algo más, en el perfil femenino. Nuevos horizontes, nuevos yacimientos de empleo, nuevas formas de trabajar, y nosotros como país ¿Qué estamos haciendo para coger esa ola de la innovación y descender nuestras tasas de desempleo?

En mi opinión, no lo suficiente, pues de lo contrario no estaríamos en esta situación de incertidumbre y desasosiego económico que hace que la situación de las empresas sea complicada y que las características laborales de los trabajadores sean totalmente desalentadoras.

¿Por qué no nos fijamos unos objetivos como país? ¿Por qué no nos proponemos, por ejemplo, destacar por algo concreto? ¿Por qué no nos fijamos en otros países y sus modelos? ¿Por qué siempre somos reactivos y poco proactivos? ¿Por qué no tenemos la voluntad de hacerlo? Debemos de hacer una reflexión profunda y centrar nuestro foco en dicho objetivo con el fin de mejorar nuestra situación económica y de empleo.

Por último, querido lector y lectora me gustaría haceros una pregunta. Si tuvieras que destacar un aspecto sólido de nuestro país ¿cuál dirías que es?

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