Los datos son evidentes, cada día nuestra población envejece y al mismo tiempo que disminuye la tasa de natalidad, por lo que nos vamos a encontrar con pirámides diferentes de población en pocos años.
En 2045 más del 32% de la población mundial superará la edad de los 60 años y por primera vez se superará el número de niños, según datos extraídos de la Organización de Naciones Unidas.
Nuestro país no está exento de esta circunstancia, ni mucho menos.
Según el Instituto de Estadística (INE), más del 37% de la población española será mayor de 64 años en el año 2052.
Evidentemente esta evidencia repercute de una forma directa sobre diferentes variables como son la dependencia, la seguridad social, el modelo de salud pública y como no, sobre la gestión de los recursos humanos en las empresa.
Partimos de una premisa totalmente errónea y es que con el envejecimiento las personas tienen un peor rendimiento en el trabajo, tienen mayor índice de absentismo y su capacidad de adaptación es menor. Estos son algunos de los estereotipos que actualmente se tiene sobre las personas de edad avanzada en las empresas. Estereotipo y/o pensamiento que queremos desbancar con este artículo.
Por otro lado, al parecer ser un problema que no vendrá hasta dentro de 20 años, las empresas ni las patronales que las representan toman medidas ni se adaptan a las circunstancias sociales en las cuales viven. Considero esto un error pues el envejecimiento comenzó hace ya 20 años y si deseas comprobarlo, te invitamos a que realices una pirámide poblacional de tu organización hace 5 años, en estos momentos y dentro de 5 años más, de esta forma verás a la oportunidad o problema al cual nos enfrentamos con el envejecimiento de las plantillas.
Pero nuestro foco es desbancar el pensamiento erróneo sobre la edad y ahí van una serie de valoraciones positivas o fortalezas derivadas de la edad.
FORTALEZAS NO EXPLOTADAS DE LA EDAD AVANZADA
Las personas en edad avanzada tienen una serie de fortalezas que a continuación pasamos a explicar:
1. La estrategia, la comprensión holística, la capacidad de comunicar, mejoran con la edad.
2. También mejora la percepción global, las capacidades lingüísticas y el control del uso del lenguaje, así como la habilidad para procesar problemas complejos en situaciones de inseguridad.
3. El compromiso se dispara de forma positiva, presentando tasas de absentismo más bajas.
4. Todo lo tácito mejora, es decir, las destrezas en la planificación, siendo más selectivos en la información que aporte valor al proyecto en cuestión y coordinando tareas de una forma más efectiva.
5. Se maximiza todas aquellas habilidades que configuran lo que denominamos “sabiduría”.
6. Si hablamos de rendimiento, se ha demostrado que la experiencia laboral compensa el declive de algunos de los procesos cognitivos básicos, tales como las funciones de la memoria y las capacidades psicomotrices.
7. Mejora la capacidad de combinar los factores emocionales, intelectuales y de experiencias de éxito/fracaso.
8. Se observa una interesante correlación entre la edad, la experiencia y el trabajo. Los efectos positivos de la mayor experiencia en el trabajo pueden dirigirse hacia los procesos básicos de la ejecución del trabajo.
9. La Experiencia en sí misma, ya es una ventaja para muchos aspectos como gestionar conflictos, manejar situaciones, negociar, etc.
10. El talento no tiene edad y mucho menos se deteriora, sino todo lo contrario aumenta exponencialmente.
Tenemos ante nosotros una oportunidad enorme de aprovechar el TALENTO de nuestras empresas, siempre y cuando nos quitemos el estereotipo negativo y creamos los mecanismos adecuados para aprovecharlo.
Desarrollemos ejes estratégicos dirigidos a Gestionar la Edad así como lo hacemos para gestionar la diversidad.
No desperdiciemos la oportunidad
José Enrique García
Presidente Fundación Equipo Humano
