Algo está ocurriendo en el centro de Valencia, en la sede del Colegio de Ingenieros de Caminos. Es magia. Pura magia.

Ana tiene 25 años, y como ella dice «todo el mundo piensa que sólo tengo 18». Está a punto de presentar su proyecto final de carrera, y no de una carrera cualquiera. Ha superado las asignaturas más duras y complejas de las que se imparten en el Politécnico. Está a punto de ser Ingeniero de Caminos. Es algo tímida, pero denota gran sensibilidad y madurez al afirmar que lo que quiere conseguir en esta vida es crear una familia y ser igual de feliz como lo ha sido ella en la suya. Todo ello pasa por alcanzar su objetivo más próximo: encontrar un trabajo siendo ya Ingeniero de caminos.

Antonio es 42 años mayor que Ana, de la fantástica añada de Ingenieros de Caminos nacidos en 1971. Algo pasó ese año. De apariencia amable y sencilla es una caja de sorpresas. Ha estado en más de 65 países (¡¡conoce 1 de cada 3 países de la Tierra!!). Y no sólo eso. Ha construido puentes, presas, túneles y edificios; ha dirigido obras en las que trabajaban 1000 personas de diferentes nacionalidades, ha vivido en «poblados obreros»… Y todo ello le llena de orgullo. Se jubiló hace un par de años, y sigue aprendiendo de otras personas en diferentes foros. Curiosamente, de esos 65 países, si tuviera que elegir un lugar en el mundo, elegiría uno bien cerquita de aquí, donde pasa parte de sus mejores momentos.

Lo mágico de esta historia es que Ana y Antonio han cruzado sus caminos gracias al Programa Mentoring del Colegio de Ingenieros de Caminos de Valencia. En este punto podría hacer una definición teórica de qué es el Mentoring y qué fundamento teórico y pedagógico posee. Pero es mucho más sencillo y bonito entenderlo a través de Ana y Antonio.

Desde ayer, Ana y Antonio van a formar un tándem de aprendizaje en doble sentido. Tienen 5 meses por delante en los que Antonio será el «mentor» de Ana, y ella su «tutorizada». Ya conocen la planificación del trabajo que Fundación Equipo Humano ha pensado para ellos: días, hora y contenidos que deben trabajar. Alternarán sus sesiones de trabajo focalizadas en la empleabilidad de Ana, con sesiones grupales dinamizadas por Fundación Equipo Humano junto a sus 14 colegas mentores y tutorizados.

En la primera de todas las sesiones grupales, a través de la experiencia de tres Ingenieros de Caminos con trayectorias muy diversas Ana descubrirá que ser Ingeniero de Caminos te permite llegar hasta donde tú quieras llegar. Que la estructura mental y la capacidad de trabajo y sacrificio que le ha aportado la carrera, junto a una buena dosis de habilidades personales (que debe buscar por su cuenta y que en el Mentoring trabajará), y un plan claro y definido (que va a poder diseñar con el apoyo de Antonio), ni la mayor de las crisis de la construcción impedirá que ella encuentre su sitio profesional dentro o fuera del sector.

Antonio no sabe que en la segunda sesión grupal lanzará sus MIDs (miedos, inseguridades y dudas) al aire y saldrá de su zona de confort; que descubrirá algo que siempre había sospechado: que él es creativo, y que no sólo lo son los pintores, músicos o actores. Si los ingenieros de caminos hubieran dedicado el mismo tiempo y esfuerzo a potenciar su hemisferio derecho del que han dedicado al izquierdo…

A mediados de abril, Ana y Antonio «competirán» contra otras parejas de «mentor – tutorizado» en una acción formativa al aire libre en la que deberán trabajar las competencias que condicionan nuestras habilidades personales y profesionales (al margen de las de tipo técnico). Fundación Equipo Humano se encargará de que aprendan y se diviertan a partes iguales.

Al final del programa, tras las 10 sesiones de trabajo, Ana se conocerá mejor a sí misma y verá con mayor claridad hacia dónde orientar su carrera profesional. Será capaz de definir en el tiempo los pasos a seguir para reforzarse y aproximarse a su objetivo. Dispondrá de herramientas que le ayudarán a dar esos pasos.

Por su parte, Antonio se conocerá mejor a sí mismo, y verá con más claridad que su experiencia tiene un gran poder sobre las personas con menor experiencia profesional. Será capaz de valorizar su perspectiva vital. Dispondrá de herramientas que le ayudarán a continuar contribuyendo de forma desinteresada a ayudar a otros.

En definitiva, con este programa el talento y la experiencia de Antonio se convertirán en raíles para que el talento que alberga Ana llegue hasta dónde ella decida.

El talento ni se crea ni se destruye, sólo se transforma… si se comparte.

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