De Madrid a Montreal: la experiencia creativa de Alba Pérez con Erasmus for Young Entrepreneurs

Alba Pérez Martínez, emprendedora cultural valenciana de 26 años, decidió dar un paso adelante en su trayectoria profesional participando en el programa Erasmus for Young Entrepreneurs (EYE). Tras años explorando distintos ámbitos de la creación audiovisual y colaborando en proyectos culturales, sentía la necesidad de dar forma a un proyecto propio: Eruga Lab, una iniciativa centrada en la experimentación artística, la creación colectiva y la visibilización de nuevos talentos.

Durante seis meses realizó su intercambio en Montreal junto a la artista y fotógrafa internacional Nathalie Daoust, una creadora con más de 25 años de trayectoria. Allí pudo conocer de cerca cómo funciona un estudio creativo profesional, participar en la gestión de proyectos culturales reales y ampliar su visión sobre el sector.

En esta entrevista, Alba comparte cómo ha sido su experiencia, qué aprendizajes se lleva y cómo EYE ha influido en la evolución de su idea de negocio.

Trabajar con Nathalie Daoust ha sido una experiencia única: pude aprender cómo funciona una oficina creativa real, participar en proyectos culturales y ampliar mi visión del sector. Ha sido un diálogo profesional muy enriquecedor que ha marcado mi forma de emprender.

Alba Pérez Martínez

Cuéntanos un poco tu trayectoria profesional. ¿Cuál era tu situación antes de participar en EYE?

Antes de participar en el programa tuve varias experiencias laborales dentro del sector cultural, aunque ninguna terminaba de alinearse con mis inquietudes creativas. Aun así, me sirvieron para conocer mejor la industria, entender sus dinámicas y decidir qué tipo de proyectos quería impulsar. Paralelamente seguí formándome y explorando distintas áreas dentro del audiovisual para poder construir una visión más amplia y plural.

¿Cómo surgió la idea de negocio que te llevó a unirte a EYE?

Mi idea nace gracias a Barrer Para Fuera, el colectivo que cofundé en Madrid. Creamos espacios para que otras personas pudieran experimentar, colaborar y compartir necesidades dentro del ámbito cultural. Ese proceso me permitió detectar un vacío en el sector y visualizar lo que más tarde sería Eruga Lab. También fue clave el apoyo de mis amigas y compañeras, que tenían las mismas inquietudes y detectaban las mismas carencias del mercado.

¿Cómo descubriste el programa Erasmus for Young Entrepreneurs?

A través de otras personas que habían participado y regresaban con una visión más clara de sus proyectos, herramientas prácticas y mucha motivación. Vi cómo la experiencia les transformó profesionalmente y decidí que también podía ser el impulso que necesitaba.

¿Por qué elegiste a tu emprendedor de acogida? ¿Cómo fue el proceso de match?

Me interesó colaborar con Nathalie Daoust por su trayectoria y su forma experimental de abordar la creación artística. Aunque ella trabaja principalmente en fotografía, su visión coincidía con la filosofía de Eruga Lab: hibridación de formatos, exploración de métodos y sensibilidad hacia temas sociales.

El proceso de match fue muy fluido. Desde el principio hubo una comunicación horizontal, clara y cercana. Nathalie entendió enseguida mis necesidades como emprendedora y en qué podía acompañarme.

¿En qué aspectos te ha ayudado tu host a desarrollar tu idea de negocio?

Principalmente en la parte logística y en la gestión interna de un estudio creativo. Nathalie lleva más de 25 años con su empresa y quería aprender cómo combinar la innovación con una estructura sólida y coherente. Mis ideas se han transformado durante el proceso, pero ahora son más completas, realistas y diversas.

¿Cómo ha sido tu experiencia con la Organización Intermediaria?

Mi IO fue muy resolutiva y cercana al inicio del proceso, pero durante la estancia la comunicación fue escasa. Los pagos se retrasaron y costó obtener explicaciones. Finalmente me dieron respuesta, pero tuve que insistir. Me hubiera gustado una mayor atención a mi situación.

¿Has modificado tu Plan de Negocio tras la experiencia?

Sí. Mantengo la esencia del proyecto, pero ahora quiero centrarme más en artistas noveles y proyectos de curación, sin dejar de lado las campañas institucionales. La experiencia con Nathalie y sus contactos me ayudó a entender qué hace realmente especial a Eruga Lab y cómo posicionarlo dentro del sector cultural.

¿En qué crees que has contribuido a la organización de tu host?

He aportado ideas nuevas y métodos de comunicación más actuales. También propuse formatos innovadores como talleres, autoedición y actividades participativas para ampliar la difusión de su obra.

¿Qué responsabilidades tuviste y qué habilidades has mejorado?

Mis tareas se centraron en la comunicación con galerías, la proyección del trabajo en redes y la organización del día a día en la oficina. He aprendido a:

  • coordinar proyectos culturales desde cero,
  • gestionar contactos profesionales,
  • planificar tareas diarias y proyectos a largo plazo,
  • comunicar propuestas de manera clara y efectiva.

¿Se han cumplido tus expectativas? ¿Qué beneficios destacarías?

Sí, completamente. He aprendido cómo funciona una oficina creativa real, cómo se organiza el trabajo, cómo se comunican proyectos y cómo se construyen redes culturales. También me llevo una visión más amplia del sector artístico europeo, algo difícil de obtener sin una experiencia como esta.

¿Qué proyectos de futuro tienes? ¿Seguirás colaborando con tu host?

Quiero seguir desarrollando Eruga Lab junto a mis socias, aplicando todo lo aprendido durante estos meses. No tenemos un proyecto concreto con mi host, pero seguiremos en contacto y es posible que colaboremos más adelante, ya sea en fotografía o en otros formatos. La lección más importante que me llevo es la importancia de una comunicación clara, honesta y constante para construir relaciones y redes profesionales sólidas.

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