Pocas son las ciencias que puedan ser reconocidas como exactas, y normalmente no suelen ser aquellas que tengan que ver con las actividades y relaciones humanas, sino con el estudio de realidades externas.
Las ciencias sociales, entre las que se incluye todo lo relacionado con el mundo laboral, no son una excepción. Para bien o para mal, todo aquello que implica al ser humano queda rodeado de un aura de subjetividad y probabilidades, y el desenlace final de aquello que nos ocupe puede ser bien distinto de lo que habríamos supuesto en un principio.
Cuando se trata de buscar empleo, son muchos los factores que podemos baremar de una forma más o menos «objetiva»: edad, experiencia, formación, conocimiento de idiomas, conocimientos técnicos o tecnológicos (actualización de los mismos), discapacidad, nivel de expectativas…; pero aún así, el factor suerte sigue teniendo una presencia importantísima en el proceso. Al final, no sólo se trata de ser el candidato adecuado, sino también de estar en el lugar adecuado y en el momento adecuado.
>> Pero, ¿existe alguna posibilidad de influir en ese factor suerte?
>> Por supuesto.
Existen innumerables trucos y recursos que podemos utilizar para hacernos más visibles, tener más oportunidades o detectar una oferta antes incluso de que se haga pública. De lo que se trata, principalmente, es de saber en qué situación está uno, y dónde desea buscar empleo. Esto será determinante a la hora de configurar nuestra búsqueda de empleo.
Dejando a un margen el hecho de optar por un modelo de CV Europass, o por uno más tradicional, más sobrio o más colorido conforme a la imagen que se quiera proyectar (que también influye), existen una serie de datos de importante conocimiento a la hora de confeccionar el CV propio.
Por ejemplo, si uno está buscando empleo en España, es imprescindible que ponga una fotografía a color junto a los datos personales. ¿Por qué? Porque la cultura empresarial española así lo exige. Así como en países como el Reino Unido poner fotografía es un grave error, motivo para que descarten tu candidatura por «considerar que estás intentando obtener el puesto basándote en tu imagen personal», en España si no pones la fotografía inmediatamente se desconfía de ti.
Es muy importante, además, conocer la terminología propia del puesto o de la profesión a la cual optamos, especialmente aquellos anglicismos de moda. Es de sobra conocido que los profesionales de selección de personal apenas tienen tiempo de dedicarle entre tres y siete segundos (literalmente) a cada currículo que deben cribar, tal es la cantidad que se recibe para cada oferta. Por ejemplo, un candidato podría especificar que tiene un postgrado de administración de empresas, pero si no incluye en su CV el término MBA (Master of Business Administration), este dato podría ser pasado por alto es una búsqueda rápida por términos.
Otros ejemplos de este tipo son, en caso de ser un profesional de los recursos humanos, incluir el término RR.HH. (si se busca empleo en España), o PHR (Professional in Human Resources) si se busca trabajo en una compañía extranjera. Si quieres hablar de tu capacidad o experiencia gestionando proyectos con fecha límite, habla de deadline. Si has realizado búsqueda y selección de personal muy capacitado, puedes definirte como head-hunter. Si deseas resumir tu amplia capacidad para llevar a cabo una serie de tareas, muy amplias y complejas, en un determinado sector puedes resaltar que conoces el know-how. Si deseas hablar de dirección y gestión empresarial, deberás resaltar el término management.
Y así podríamos seguir hasta casi el infinito. Es imposible conocer todos los términos, trucos y atajos para un CV. Lo mejor que un candidato puede hacer es investigar bien su propio sector, los sinónimos y términos extranjeros que definen sus capacidades, así como qué es lo que espera encontrar en tu CV una empresa (y en especial su técnico de selección). Las propias ofertas de empleo de nuestro sector nos permitirán intuir qué términos y expresiones buscan los seleccionadores.
Por supuesto, no todo se reduce al CV. Elementos como la red de contactos, la huella digital, la confección de un correcto vídeo CV (que no se limite a leer tu currículo ante una pantalla), o la correcta preparación de una entrevista de trabajo, son factores clave para mejorar nuestra empleabilidad.
Y, por supuesto, movernos. Buscar mucho, preguntar, llamar, interesarse. Nunca perder el ánimo y ser constante. Todo esto aumentará las probabilidades de estar en el lugar adecuado en el momento adecuado.
A fin de cuentas, dicen que uno se crea su propia suerte.
Daniel Cebrián
Daniel.cebrian@fundacionequipohumano.es
@fundacionEh