Mario Sánchez Brox
Las organizaciones -ayuntamientos, mancomunidades, institutos tecnológicos, universidades, empresas, fundaciones y ONGs- enfrentan constantemente retos económicos, sociales y ambientales. Sin embargo, la escasez de recursos para llevar a cabo acciones son una constante. Muchos de ellas ya se han girado hacia los fondos europeos para obtener financiación. La propia Comisión Europea lamenta que no se emplee todo el dinero disponible, por lo tanto la falta de recursos es la excusa para los que no saben o no pueden salir a buscarlo. Sin embargo, la competición obliga a las organizaciones a presentar propuestas cada vez más inteligentes. Para empezar con buen pie, la primera pregunta que debemos hacernos es cómo nos aproximamos a los proyectos europeos.
Hay dos enfoques bien diferenciados: el oportunismo, y la implementación de una estrategia. En el enfoque oportunista nos preguntamos, ¿cómo puedo lograr una subvención? Consiste en la detección de una convocatoria con unas condiciones atractivas de financiación y en imaginar cómo podría aprovecharla nuestra organización. En el enfoque estratégico partimos de una reflexión previa, y nos preguntamos ¿cómo encaja esta convocatoria en mi estrategia? En este caso la organización cuenta con una visión y una estrategia claras, vigila periódicamente la aparición de oportunidades y escoge aquella que se ajuste más a ellas.
La estrategia como puerta de entrada a Europa
Pero, ¿por qué es importante la estrategia? Si queremos mover una piedra, y todos tiramos en direcciones inconexas, la piedra apenas se moverá. Algunas organizaciones, especialmente las más complejas como ayuntamientos o mancomunidades, trabajan duro por lograr sus objetivos e incrementar la eficiencia de sus procesos, pero los avances son lentos y a menudo descoordinados. Por el camino se pierden las sinergias, desgarradas por los esfuerzos de diferentes áreas empujando en todas direcciones. En este contexto, es fácil que surja el oportunismo, que resulta en un impacto limitado de las acciones y baja sostenibilidad (pilot & crush).
Para lograr un progreso coherente, las organizaciones y los territorios precisan una visión compartida entre sus miembros. De este modo, los municipios del interior de la Vall d’Albaida aspiran a ser la “Toscana valenciana”. Una visión de este tipo permite dar una dirección definida y diferencial, facilitar su especialización y fortalecer su competitividad en el mundo globalizado. A partir de esta visión, el territorio puede desgranar fácilmente líneas de actuación estratégica e identificar proyectos clave para lograr los cambios deseados.
La UE pone a disposición de las organizaciones fondos y programas de financiación muy variados, en los que pueden enmarcarse los proyectos clave o parte de ellos. Desde este enfoque estratégico, los proyectos generarán sinergias entre las diferentes partes de la organización y entre otros proyectos, maximizando el impacto final sobre la competitividad, la cohesión y la sostenibilidad de la organización o el territorio.
Fundación Equipo Humano está formado por técnicos capacitados para acompañar a ayuntamientos, mancomunidades, institutos tecnológicos, universidades, empresas, fundaciones y ONGs a diseñar su visión, estrategia y sus proyectos clave, y a partir de aquí, asistir en la vigilancia de convocatorias y el diseño de proyectos europeos.