Javier y Carlos son dos casos de éxito de cómo en ocasiones la supuesta estabilidad laboral nos estanca en el desarrollo de nuestra propia carrera profesional. Ambos trabajaban juntos en una empresa medioambiental donde estuvieron muchos años hasta que su empresa entró en un ERE de extinción que supuso el despido de gran parte de la plantilla. Hasta la fecha, trabajaban por cuenta ajena sin dar rienda suelta a sus ideas. Vinieron a Fundación Equipo Humano como usuarios del programa de Recolocación, pero desde un primer momento, su actitud destacó positivamente.
Lo más habitual ante un despido es que el extrabajador pase por diversas fases en las que el impacto psicológico en la moral y autoestima determina el drama humano con el que nos encontramos actualmente. Resulta habitual que, tras ser conocedor del despido, el extrabajador se sienta en primer lugar desorientado. Por supuesto, la indignación con la entidad que le despide suele ser habitual y más que lógica, ya que no ha sido despedido porque haya hecho nada mal, lo que resulta difícil de entender.
Tras la desorientación, el segundo paso es el de la dejadez o pasotismo. Confiando en el largo periodo de desempleo que tienen por delante, los extrabajadores pasan a la fase «vacacional» en la que consideran que, tras el tiempo trabajado, deben disponer de un merecido descanso. El subsidio que se concede desde el Servef por desempleo hace que esta situación en muchos casos se alargue considerablemente y el extrabajador no se predisponga a buscar empleo hasta como mínimo, seis meses después.
El tiempo mientras pasa, y lo hace rápido. Y cuando lo hace, no se recupera. Mientras pasa ese tiempo, el trabajador empieza a sentirse inútil y entra en una fase de depresión si el periodo de desempleo se alarga en exceso. Nos han enseñado que el trabajo es la base de nuestra propia subsistencia porque vivimos en una sociedad capitalista que desde años atrás ha venido estipulando estos principios. Esto, nos hace a menudo olvidar que el trabajo debería ser en todo momento un medio para subsistir, pero no el fin último. Somos más que un puesto de trabajo y todos y cada uno de nosotros poseemos cualidades y capacidades que nos hacen diferentes a los demás, que nos hacen valer como personas no por lo que hacemos, sino por lo que somos y cómo somos.
Finalmente, cuando un desempleado decide ponerse en búsqueda activa de empleo, debe sumar otro periodo para la búsqueda como tal, pues, los procesos de selección que antes duraban semanas, se alargan ahora meses ante los miles de candidaturas que se reciben. Carlos y Javier destacaron desde un primer momento por su actitud activa. Es la clave para desarrollarse y crecer profesional y personalmente.
Llegaron a Fundación Equipo Humano con la idea de seguir haciendo algo, de no parar. Pensaron en cómo montar una empresa y desde FEH les fuimos asesorando. En un primer momento, establecieron contactos con entidades de reconocido prestigio y trabajaron con ellas como autónomos. Posteriormente, decidieron constituir su propia S.L. Diseñaron su web y pusieron en marcha su propio negocio de turismo rural que, a día de hoy, continúa creciendo. Primero, en un ámbito provincial de Valencia para pasar posteriormente a trabajar en Las Palmas e ir abriéndose paso en el mercado en diversas Comunidades Autónomas.
Su ejemplar actitud es la que queremos destacar. Para alcanzarla, es primordial tener en cuenta diversos aspectos motivacionales:
Rodéate de personas que tengan actitudes positivas. El pesimismo te hará entrar en una dinámica que no es aconsejable bajo ningún punto de vista.
Aprende a cada momento de los que te rodean. A cada momento puedes aprender algo de alguien. Trata de empatizar con los demás. Entender por qué los demás hacen las cosas amplía tus expectativas.
Trata de valorar las cosas. Intenta darte cuenta de lo importante que es poder ver el sol cada día. Da importancia a aquellas cosas que a menudo pasas por alto.
No olvides nunca que lo verdaderamente importante son las personas. Tu familia, tus amigos… están contigo a cada momento. Apóyate en ellos cuando los necesites y conseguirás alcanzar tu meta de manera más efectiva.
Sea como sea, lo importante no sólo para afrontar un despido, sino cualquier problema que te pueda surgir en la vida, es no detenerte jamás. Avanza siempre hacia adelante.
Eva Palacios · Fundación Equipo Humano